· Es común que en la familia de una niña
o niño estreñido haya más de un familiar con el mismo problema, aunque no se
trata de un problema hereditario, sino de hábitos alimenticios
· Si tiene duda acerca de alimentación,
acuda a su unidad de medicina familiar y solicite una cita con el especialista
en Nutrición y Dietética, quien le otorgará un plan alimenticio y
recomendaciones de acuerdo a sus necesidades y las de su familia
Se considera que una niña o
niño está estreñido cuando sus evacuaciones son duras, anchas y secas o en
formas de bolas, además de que su frecuencia no sea la adecuada para su edad,
señaló Rafael Sauri Pat, especialista en
Pediatría del Hospital General Regional (HGR) Número 12 “Benito Juárez”, del
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Yucatán.
El estreñimiento o
constipación intestinal en las y los niños pequeños es un problema frecuente
que puede presentarse desde las primeras semanas de vida y, de no ser tratado,
puede continuar en la infancia.
Una de las etapas más
conflictivas del estreñimiento infantil es cuando éste se presenta alrededor de
los dos años de edad, periodo en el cual se inicia con el control de los
procesos de micción y evacuación.
Tomando en cuenta que el
estreñimiento es un síntoma y no una enfermedad, sus causas pueden ser
diversas. Es común que en la familia de una niña o niño estreñido haya más de
un familiar con el mismo problema, aunque no se trata de un problema
hereditario, sino de hábitos alimenticios.
El aumento en la frecuencia
del estreñimiento infantil que se observa en las últimas décadas en las grandes
ciudades refleja un estilo de vida que ha incrementado el estrés, modificado
los patrones dietéticos tradicionales y alterado las condiciones para que se
desarrollen hábitos de defecación saludables.
La alimentación del infante,
puede tener un papel importante como causa de estreñimiento, cuando se
caracteriza por un consumo importante de alimentos industrializados, grasas y
carbohidratos, además de una menor ingestión de agua, frutas y verduras.
Las y los menores estreñidos
pueden presentar falta de apetito, cansancio y dolor al evacuar, ya que muchas
veces por el tamaño de las heces se pueden generar lesiones, que causan un
intenso dolor en el ano, recto y, en ocasiones, sangrado en las evacuaciones.
Cuando son menores de un año
de edad pueden presentar cólicos, que se manifiestan con llanto, actitud de
pujar sin conseguir evacuar, abdomen duro y distendido e interrupción de la
ingestión de leche materna o de la fórmula por malestar.
El 95 por ciento de los
casos del estreñimiento se debe a un trastorno en los hábitos alimenticios y no
a un problema orgánico real, por lo que el diagnóstico se establece sin
necesidad de realizar estudios de laboratorio o radiológicos.
El especialista del IMSS en
Yucatán señaló que es conveniente que la o el niño estreñido y su familia sean
evaluados por un profesional de la salud, quien determinará en qué casos procede la realización de
estudios especiales para descartar enfermedades.
El tratamiento depende en
gran medida de la comprensión de sus causas y de la participación activa de las
madres y padres de familia. El objetivo final del tratamiento es restablecer un
hábito de defecación saludable que resuelva los síntomas, según la edad y
condición de cada niña o niño en particular.
En el hogar se deben
favorecer las comidas en horarios regulares, además de incluir alimentos que
contengan fibra, como frutas, cereales y verduras, además de aumentar el
consumo de agua.
Si tiene duda acerca de
alimentación, acuda a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) donde podrá
solicitar una cita con el especialista en Nutrición y Dietética quien le
otorgará un Plan Alimenticio y recomendaciones de acuerdo a sus necesidades y
las de su familia.
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