Cuando era muy joven, apoyaba a su papá en la tienda de
abarrotes, una de sus responsabilidades era ir a las comisarías para proveer de
granos, semillas y otros productos que, debido a la distancia y la falta de
infraestructura, no llegaban hasta ahí.
“Tengo amigos en muchos lugares, y no los conozco por la
política, los conocí cuando apenas era un chavo, siempre que iba a entregar
mercancía aprovecha quedarme para echarnos un taquito de tortillas hechas a
mano, tomar una jícara de pozole y sobre todo para platicar de las cosas de la
vida diaria. Los yucatecos somos gente trabajadora, muchos trabajamos hasta en
domingo, es parte de la vida diaria”.
En los inicios de su faceta empresarial, cuando comenzó con
tres bicicletas, dos refrigeradores, dos estufas y un ropero, visitó más
municipios para encontrar nuevas oportunidades, los caminos y carreteras entre
Valladolid y Tizimín, los conoce muy bien.
“Hacer política no es fácil, pero nosotros tenemos la
fortuna de estar entre amigos: los campesinos, los pescadores, los artesanos,
los ganaderos, los que están en las rancherías, nos conocemos desde hace muchos
años, me han hecho el honor de darme la oportunidad de servirles como
presidente municipal, como diputado local y como legislador federal, les
agradezco mucho la confianza y creo que hasta hoy no nos hemos fallado”.
“Alguna vez escuché ‘ningún camino fácil te llevará a algo
que valga la pena’, y estoy completamente de acuerdo. Debemos recordar que,
cuanto más complicado sea el trayecto, mayor será la recompensa”.
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